9.2.08

TORNEO DE SKI EN LA MARINA HEMINGWAY
BITACORA. No 6, primavera 2001, p. 14

Después de una suspensión por mal tiempo, el certamen se llevó a cabo bajo ardiente sol, con la asistencia de unos cuarenta competidores

En Marina Hemingway no se ve tanto público todos los días. Este domingo todo el perímetro de la rada principal está lleno de gentes sentadas y detrás de estas hay otras más de pie. Y detrás del público uno puede alcanzar a ver la fila de automóviles parqueados y apenas un poco de la franja azul del océano inmediato.

Después de muchos días de frío intenso, debe ser una delicia aprovechar este ardiente sol para ver unas buenas carreras de esquí acuático, tomando un refrigerio mientras por los discretos altavoces se difunde música disco y un animador anuncia los nombres de los competidores y repite de cuando en cuando el de una marca de cerveza que usted ya adivinó cual es porque es la mejor del mundo.

Como el redactor no tiene de momento la lista oficial de pilotos, esquiadores y esquiadoras, va anotando algunos apellidos que le llegan al oído entre una mención y otra de la famosa cerveza: Hart, Lussón, Massiques, Luzón, de la Guardia… y así. Además de los cubanos hay algunos competidores de Argentina, España y México. A estas alturas, el sol se ha tomado demasiado en serio su trabajo, y hay que buscar alguna sombra. El frío intenso de Cuba, que es cualquier temporada menor de 18 grados centígrados, pone la piel muy sensible.

Un parvulito de cuatro años navega ahora muy gracioso sobre una tabla se Surf, a remolque de una lancha. Luego pasa una pirámide de esquiadores, en orden ascendente de 5-2-1, a los que siguen otros cuatro que forman una V doble en uno de cuyos extremos un patinador lleva la bandera cubana. Después desfilan juntas todas las motos acuáticas que van a tomar parte en la competencia y el público aplaude y señala a un pero que va de segundo copiloto en una de ellas. Está al comenzar el II Torneo Internacional de Ski Acuático por la Copa Comunidad Turística Marina Hemingway.

Primero corren las chicas principiantes. Son seis y sólo le corresponden tres vueltas. La pista es una “L” mayúscula cuya línea ascendente se dirige al oeste, hacia el interior de la laguna de Santa Fé, y la más corta, norte sur, es la parte que presencia la mayoría del público en la Marina Hemingway. La vuelta total es de dos millas y es una adaptación al espacio disponible. De existir condiciones, se habría corrido en zig-zag, haciendo el clásico slalom.

La explicación anterior se la brindó al redactor el señor Fernando Ramiros, presidente del team de esquí acuático del Club Náutico Internacional Hemingway. Este deporte, si, ha sido reconocido por el Comité Olímpico Internacional y se espera que en la venidera cita de Atenas se compita en él por primera vez, señala Ramiros.

Terminaron las tres vueltas de las principiantes con un empate en el primer lugar. Antes de averiguar sus nombres, ya corren sus primeras cinco vueltas las expertas femeninas, que también son seis parejas. Baja la bandera amarilla que levantaba hace un segundo el juez de meta y arrancan las muchachas.

Después de esta manga, los varones harán una similar, luego las mujeres terminan sus cinco vueltas finales, cambiando de rol la esquiadora con la piloto, y concluyen con el mismo plan las ocho parejas de hombres.

Entre las muchachas hubo un par de inmersiones, pero también a algunos varones les costó lo suyo dominar los giros. Si en el momento de contornear una boya el esquiador no controla su trayectoria de modo muy preciso, puede encontrarse un instante sin agua bajo el esquí y eso significa que al instante siguiente tendrá agua de sobra alrededor de todo su cuerpo, se soltará instintivamente de la cuerda del remolque y verá como sus compañeros competidores pasan a su lado. Esto puede ser algo molesto cuando a alguien que va en las primeras posiciones le sucede a punto de entrar a la meta.

Hubo una muchacha que supo terminar de un modo muy elegante. Cuando se deslizaba por los últimos 200 metros, levantó un brazo triunfal para saludar al público, soltó la cuerda del remolque y paseó ese gesto de gran escena sobre el tapiz azul del agua, con el cuerpo recto, grácil y libre como una bailarina antes de caer el telón.

Ella se nombra Lucila Juan Herrero (22 años) y su compañera de equipo es Linet Ruíz de Zárate Rodríguez (18); ambas ganaron el torneo en la categoría femenina de expertos con el primer lugar en las cuatro mangas. Lucila Juan, a punto de graduarse de actuación, proviene del deporte de las velas y fue la única mujer que compitió en el primer torneo de esquí acuático. Linet Ruíz es estudiante de economía y lleva ocho meses en el team.

Para Lucila Juan la fórmula de buen rendimiento es “mucha alegría y voluntad”. Piensa que el equipo que se ha formado en la Marina Hemingway es muy fuerte y que lo único que hace falta a este deporte es “una federación” para desarrollarlo.

Mientras frente al podio de premiación se reúnen los concursantes y el público les hace un círculo, un colega de la televisión nos presta el registro de los resultados y anotamos rápidamente:

Las chicas de nueve años Gabriela de la Guardia y Ana Massiques, con los pilotos Victor de la Guardia y Ginés García, se igualaron a 24 puntos y ganaron el primer lugar de las principiantes femeninas. Lucila Juan y Linet Ruíz liderearon las expertas femeninas, con acumulado de 64 puntos, y por los varones subieron al podio Antonio (Toño) Enrique Luzón y Carlos Bustamante, con 48 puntos.

Luego cerré la agenda y me fui a casa. El esquí acuático es un espectáculo entretenido.

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