AZULES Y VERDES DE GUAJIMICO
Por Manuel Balseiro
BITACORA. No 3, verano 2000, p. 56
Hay paisajes que permanecen en la memoria. Son propios, inalterables; se incorporan a la identidad individual como el primer amor, el libro preferido, la canción que nos pone insoportables y ridículamente sentimentales. Guajimico es una nube de azules y verdes que al cerrar los ojos se concreta en detalles: un mar de azul compacto, una cordillera montañosa de verde cerrado, vital.
La cordillera es la Sierra del Escambray, en el centro meridional de Cuba, que desciende hasta la costa y dicen que continúa bajo el agua la búsqueda de sus relieves. El mar es el Caribe, puro y claro, tallado sin contemplaciones la consistente pared de los farallones costeros. Por la desembocadura de un río baja en algún amanecer una bocanada de niebla que se dispersa en el mar; la primera luz del día descubre un arenal breve, un espeso arbolado y, compartiendo espacio con troncos, hojas y flores, aparece en trechos de luz y sombra la obra de la mano del hombre. Ahí es Guajimico, una villa para el viajero comprometido con la náutica.
Hace tres años funciona la instalación, insignia de la compañía de Campismo Cubamar.
Son 51 bungalows integrados al contorno con habitaciones dobles y triples; el trazado de los viales interiores “navega” entre los contrastes de la naturaleza. Se goza en esto la vista, respirando el aire nítido y sintiendo el tiempo transcurrir como una sinfonía.
“Tenemos aquí mismo un nido de zunzunes y un arriero que se para en la cabaña 35”. Credencial ecologista que expresa con orgullo preferencial el ingeniero Roberto Acosta Pérez, gerente de la Villa. Los zunzunes y arrieros son aves del monte. “No esperen en Guajimico un lugar de fiestas, sino un sitio para descansar y hacer deportes -concreta el administrativo- De noche se hace la penumbra para no molestar a las aves y el audio, cuando es necesario, se mantiene a un nivel discreto”.
Un cuidadoso e inteligente trabajo de proyecto y construcción, en suma, aprovechado con real criterio medioambientalista.
UNA ZAMBULLIDA EN EL CARIBE
“Estamos en el momento óptimo para abrirnos a nuevos mercados especializados en buceo”, señala el gerente con convicción. Dice más: Guajimico puede convertirse en centro de referencia para el país en buceo”.
El inmersionismo es la actividad náutica de más antiguo y estable desarrollo en el turismo cubano. En la costa inmediata a la villa han identificado 13 puntos de buceo, de los cuales explotan seis. Se encuentran a profundidades entre cinco y 18 metros y sus atractivos incluyen la fauna -barracudas, guasas, anguilas y otras especies de peces; 18 especies de corales-, la flora submarina, grutas, cañones, pared y un pecio.
A comienzos de este año el producto había consolidado su presencia en el mercado francés, se introducía en el inglés y trabajaban con la perspectiva de conquistar el canadiense, informa a BITACORA Osvaldo Reyes, el subgerente.
Además del buceo, el snorkeling, los paseos en catamarán y el senderismo integran las propuestas de la villa, que se perfila como una futura marina de mucho vuelo. Tiempo al tiempo. De momento la ocupación durante el año promedia el 50% y alcanzan 2000 turistas en el período. Tiempo al tiempo, insisto.
Esteban Beaudonnat es el representante en Guajimico de la UCPA, la Unión Nacional de Centros Deportivos de Aire Libre, que gestiona el mercado francés en contratos con turoperadores cubanos. En su opinión es un buen producto, en un sitio muy hermoso y bien conservado. Prevé mayor desarrollo en los puntos de buceo y apunta que, para las velas, sólo es apropiado para expertos, pues toda la costa es de altos farallones sin puntos de recalada. Buen viento y fuerte, eso sí, y mar abierto. “Es un sitio a tope, de grandes posibilidades para la gente que sabe de velas. Para principiantes no es de los más fáciles”. Siete catamaranes de 16 pies y dos barcos a motor para buceo -el Arabrla y La Dama azul- integran la flotilla de la instalación.
Por lo general, los turistas franceses permanecen en Guajimico una semana, cumpliendo un programa diario de dos inmersiones. Vuelan de París a La Habana en AOM y luego viajan en ómnibus los 350 kilómetros entre la capital y la villa náutica. Para algunos, Guajimico está fuera de Cuba, pues las ciudades más próximas están a 40 Km y el pasaje en taxis es barato.
Desde ahí es posible visitar Cienfuegos, Trinidad, Santa Clara, la hacienda La Vega y el desestresante enclave montañoso de Topes de Collantes, en el alto Escambray. “Los que buscan el deporte puro, se van satisfechos”, afirma Beaudonnat. Es norma que los turistas pasen una semana en la naturaleza y otra semana de “descubrimiento” en sitios urbanos del país.
Con tanta naturaleza virgen en tierra, era inevitable que el enclave náutico la tomara en cuenta sobre todo si no hay competidores próximos en esta variante. El inicio es en pequeña escalada: un sendero litoral que incluye la visita de dos cuevas, la Grande y la Virgen.
El recorrido comienza en un cactus de 400 años de antigüedad, recorre varios niveles de terrazas marinas y asciende a la primera cueva, con una vista impresionante del mar y la entrada a la ensenada de Guajimico. Luego continúa con la visita a la Cueva Grande o Cueva de las Columnas y tiene dos variantes de retorno, una a través del bosque de manigua costera y otro que conduce a la caleta de Naranjo, llamado sendero de Las Ceibas, por la presencia de árboles de este nombre venerados en Cuba por los creyentes de las religiones de procedencia africana.
Este sendero ofrece contacto normal, además, con diversas especies de aves, un mamífero local –la jutía conga- y la iguana, un interesante reptil cuyo hábitat preferido son las costas rocosas de un arbolado.
Otro sendero, titulado “Por la vía de los corales” es un recorrido marítimo factible de llevar a cabo en embarcaciones o haciendo snorkeling. Su doble atractivo radica en la posibilidad de disfrutar de las bellezas submarinas y de una perspectiva de ángulo ancho sobre la costa acantilada.
Este segundo recorrido permite también la pesca a cordel desde la embarcación.
Es curioso, pero es la única opción en la cual se menciona el deporte del sedal y los anzuelos en Villa Guajimico. El área, sin embargo, es famosa en Cuba por las corridas de pargo criollo (Lutjanis analis) que tienen lugar en el verano cerca de sus costas. Hemos visto allí buenas pesquerías de sierras (Scomberomorus sp.) y personalmente hemos logrado capturas interesantes de cibí (Caranx sp.) y rabirrubias (Lutjanus sp.), practicando el lanzado con spinning desde el litoral.
Para el amante del deporte al aire libre Guajimico tiene una desventaja: un día u otro tiene que marcharse.
1.4.08
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