17.1.94

TABLAS, VELAS, VIENTO Y SONRISAS
Al deporte de las velas en Cuba le ha nacido una sonrisa, moldeada con amor por quienes poseen recursos y no escatiman aportarlos al bien común. Más de 20 firmas comerciales cubanas y extranjeras alentaron con su respuesta la celebración de la primera Regata de Windsurf (tabla a la vela), auspiciada por el Club Náutico Internacional Hemingway y la Unión de Jóvenes Comunistas, y convertida en fiesta de colorido juvenil frente al litoral capitalino.
El procedimiento es común en el mundo: patrocinar eventos es una efectiva forma de publicidad. Pero en esta ocasión el énfasis tomó el camino del apoyo fraternal al deporte náutico, bajo la conducción calificada del club habanero. Agrupa esta institución a unos 160 socios, la mayoría hombres de negocios y diplomáticos que residen o mantienen frecuentes relaciones con Cuba. El CNIH es una sociedad sin fines de lucro, creada de acuerdo con las leyes cubanas, cuya abierta proyección social es evidente en sus menos de dos años de existencia.
Con 65 participantes en las modalidades de fan board (tabla corta sin orza o de velocidad) y race board (tabla larga), el certamen contó con tres fechas e igual número de sedes, desplazamiento debido en parte a la búsqueda de adecuadas condiciones meteorológicas y de pista marítima para regatear.
Comenzó el torneo el domingo 16 de enero de 1994 con una regata de exhibición de tablas cortas a la altura de la playa del hotel Tritón. El domingo 23 disputaron tres regatas de cada modalidad frente al Circulo Social Obrero “Julio Antonio Mella”, y concluyeron el sábado 29 de enero con dos regatas más frente al círculo “Félix Elmuza”.
Había, entre los contendientes, jóvenes que asumieron la paternidad y otros estados de la madurez sin dejar de dedicar a la tabla todos sus ratos libres durante más de una década. Unos, campeones consagrados en lides nacionales y foráneas; otros, apenas iniciados y sin estrenar cuchilla de afeitar.
Para todos vino a cumplirse el viejo sueño de unirse al menos por una vez y competir en serio, nacido entre los tablistas de la costa norte capitalina, donde saben de windsurf muchos nacidos en Jaimanitas, Santa Fé, Guanabo y otros puntos urbanos del litoral.
Como saldo inesperado del acontecimiento, el director ejecutivo del Club Náutico Internacional Hemingway, José Miguel Díaz Escrich, declaró que promoverían la creación del Club de Windsurf de La Habana.
Es el windsurf el arte de cazar el viento con una vela sumamente inestable y ceñirlo al derrotero de la tabla. Las largas pueden tomar un soplo casi desde cualquier cuadrante, pero las cortas solo deben recibirlo de través y navegar –muy rápido, eso sí- perpendicular a la dirección del flujo.
Es un deporte técnico, de mucha fuerza y valor en el atleta. La primera Regata de La Habana fue muy útil para descubrir nuevos talentos, dijo a la prensa Gabriel Álvarez, presidente de la Federación Náutica de Cuba.
Se otorgaron 22 premios y hubo obsequios absolutamente para todos los competidores. Los puestos cimeros fueron para Jorge Quintero Rivero, de 15 años de edad, en tabla corta; para Ariel Cruz García, campeón juvenil y nacional en las largas, y para Anayansi Pérez Aragón, la mejor entre las muchachas.
Los patrocinadores de la regata: Cubanacán, Gaviota, Castrol, Cubacán, Sol Palmeras, Meliá Varadero, Pinturas Hempel, Pegasus, Tropicola, Benetton, Heineken, Grupo Ugao, Tiempo Libre, Arcana, Ampex, Canon, Havanautos, Graphitel, Fotoservice, Techno, Ecuasol Tours, UTP, Sumarpo, Havanatur, Carisub, y Café Cubitas. Se expresaron los agradecimientos.

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